Conservas de berenjenas

Empiezo a flojear y a sentirme agotada pero vamos que es algo que a estas alturas nos pasa a todos ¿verdad?. Es hora de vacaciones y dejar un poco de lado el hacer de súperwoman, gladiadora del hogar, estudiar, remar en el curro... ufff.. ¡Ni yo me doy cuenta de la lista tan grande de quehaceres!

Es por eso que ya me estoy planteando, para fecha próxima, colgar el cartelito de vacaciones en este, un elemento mas de la lista, querido blog.

Pero bueno ya os avisaré que todavía haré alguna publicación mas y seguiré al otro lado de la red pendientito de todo aunque esté ausente unas vacacioncitas.

Hoy os traigo una receta que tenía pendiente enseñar hace tiempo como prometí cuando publiqué el Tunnbröd ¿Recordais?




Es fácil y sólo hay que seguir estos pasos:

Primero hay que pelar las berenjenas y cortarlas a lo largo en tiras muy finas (yo debiera haberlas hecho mas finas). Colocarlas en un colador con abundante sal colocándoles un peso encima para que puedan escurrir bien y eliminar la gran cantidad de agua que contienen. 

Se dejan así de un día para otro.



Al día siguiente hay que exprimirlas bien para sacarles mas agua presionando el peso ó bien dentro de un paño limpio que apretaremos bien. Se pasan a un recipiente con vinagre (del bueno por favor), se dejan unos minutos y se escurren de nuevo en el colador prensando bien para eliminar el exceso de vinagre.  Ya están listas para envasar.


Primeramente las mezclo con bien de orégano y ajo picado y las voy pasando a un tarro de cristal junto con AOVE. Deben quedar bien cubiertas.



Antes de consumir dejar macerar un par de días.



En mi despensa he tenido el tarro que he ido usando a lo largo del año en diferentes tapas y están riquísimas. Ya es hora de repetirlo pero esta vez voy a hacerme con una mandolina de cocina que mucho mas finitas quedan mucho mas ricas.

Espero que os guste,

Lourdes